Arte con queso
Se nos ocurren artesanales
tablas, fondues, tartas para utilizar este ingrediente. Estas personas fueron
un paso más allá.
Entre las artes decorativas
de la gastronomía, el tallado es una práctica artesanal, que embellece
y prepara verdaderas obras con alimentos. Uno de los utilizados es el
queso, que frecuentemente se presenta como canasta que contiene algunos
ingredientes. Relleno con el mismo queso que se quitó al ahuecar macerado en
kirsch, de ensalada, y hasta de pasta cocida (cuando es un queso de pasta dura,
y se le deja la cáscara para que resista más).
Algunas personas hábiles han
llevado el tallado del queso a sorprendentes expresiones, en
forma de cofre, labrados con imágenes varias, en forma de flores. Troy
Landwehr es un entusiasta de esta tarea. Desde los 12 años talla
quesos, y su máxima obra la realizó a pedido de la empresa Cheez-It,
requiriendo un bloque de 318 kilogramos de queso Cheddar de
Winsconsin y más de 4 días de labor, para lograr una réplica del monte
Rushmore.
Más arriesgado aún, el
controversial director de comerciales Cosimo Cavallaro bañó
íntegramente una habitación amueblada y alfombrada del Hotel Washington
Jefferson de Nueva York con queso derretido. También utilizó el
queso fundido para recubrir otras cosas: un saco, sillones, una casa completa
(en la que utilizó casi 5 toneladas de queso) y hasta ropa para la modelo
Twiggy (¡hay que ver la excelente versatilidad del queso!).
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